lunes, 23 de febrero de 2009

Miguel Ángel Granados Chapa. El maestro en periodismo

  • Homenaje a más de 45 años de trayectoria periodística a través del libro Miguel Ángel Granados Chapa Maestro y periodista.

  • Carmen Aristeguí participa en la presentación de esta obra que retrata al que considera maestro y amigo.


Con más de 45 años dedicados al periodismo Miguel Ángel Granados Chapa es referencia obligada para comprender y dar voz y cara al periodismo nacional de los últimos años. Hombre de letras, ahora es él quien adquiere vida a través de las palabras impresas en el libro Miguel Ángel Granados Chapa. Maestro y periodista.

Obra que se presentó el pasado 19 de febrero en el marco de la XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería en la sala Bernardo Quintana. La cita fue a las 17 horas, ante un auditorio colmado de amigos y seguidores.

Miguel Ángel Granados Chapa Maestro y periodista es un acercamiento a la vida de quien fuese merecedor en 2008 de la presea Belisario Domínguez otorgada por el Senado de la República. Contada desde la voz del periodista, así como de una treintena de voces que han compartido amistad, trabajo y tiempo con el hombre de profesión abogado y periodista.

Presentación engalanada por la asistencia del periodista homenajeado, de colegas igualmente reconocidos como Álvaro Zepeda Neri columnista de la revista Contralínea, de Rafael Rodríguez Castañeda director general del semanario Proceso y de Carmen Aristegui periodista de radio y televisión.

Con la participación de cada uno de estas personalidades se reveló y redescubrió al hombre que formó parte del Excélsior de Julio Scherer, pilar fundacional del semanario Proceso, director general de Radio Educación, de la revista Mira y colaborador de publicaciones como Unomásuno, La Jornada y actualmente Reforma y
Proceso.

El común denominador de Granados Chapa en esta trayectoria ha sido “la convicción de que no hay periodismo que valga sin libertad, sin autonomía personal e institucional. Sin el ejercicio de la crítica ingobernable y sin concesiones” afirmó Rafael Rodríguez.

Carmen Aristegui, antaño alumna de Granados Chapa, ve a su maestro como un factor fundamental de la construcción de la prensa libre mexicana. Asimismo, afirmó que el libro “nos habla de quién es Miguel Ángel Granados Chapa, y por qué hoy es quien es, porque él representa no sólo el pasado de los medios en los que ha colaborado sino también su muy vigorosos presente”.

De igual forma Álvaro Zepeda Neri lo reconoció como un profesional forjado con base en el trabajo, esfuerzo y la honradez política, económica y social, digno representante del periodismo republicano y democrático.

Ante tales muestras de agradecimiento, Miguel Ángel Granados Chapa aludió a su carácter monopalábrico y respondió con un simple pero contundente gracias hacia los asistentes y a las autoridades universitarias que hicieron posible la publicación del libro.

Al termino de la presentación, Granados Chapa fue rodeado por una decena de periodistas, colegas y admiradores que deseaban felicitarlo. Él en correspondencia accedió a firmar una serie de libros ante el beneplácito de sus lectores que lo consideran un ejemplo a seguir.

martes, 17 de febrero de 2009

El Taller Coreográfico de la UNAM, el primer ballet del pueblo


  • A pesar de la falta de apoyos externos, el Taller Coreográfico de la UNAM se presenta con éxito en su temporada 81.

  • La directora general del Taller Coreográfico, Gloria Contreras, apuesta por una danza menos formal y más interpretativa.


En cada función, el ballet y la danza se convierten en apología a la historia de la humanidad y de sus protagonistas. En el segundo programa de la temporada 81 del Taller Coreográfico de la UNAM, la danza recuerda todo lo que alguna vez hubo en la música, desde la nostálgica canción Yesterday de The Beatles, hasta la música coral de Sebastián Bach.

En este escenario los estilos e intérpretes se encuentran y conviven bajo la batuta de un estilo dancístico que más allá de la técnica busca la conexión con el espectador, el cual se convierte en confidente de los acordes que cobran vida en el lienzo corporal de cada uno de los bailarines.

Como cada viernes, desde hace más de 40 años, el público se da cita a las 12:30 horas en el Teatro de Arquitectura Carlos Lazo. La función es gratuita y con ello la invitación para todas las personas que deseen deleitarse con la danza de más de 18 bailarines en escena, los cuales son coordinados por la coreógrafa emérita Gloria Contreras.

Al cabo de dos horas el espectáculo termina, las luces se apagan pero los aplausos siguen resonando en la sala totalmente ocupada. Es momento de conocer a los artífices que hacen posible que tras cuatro décadas, el Taller Coreográfico continué cautivando con un espectáculo donde no se baila sólo con los pies sino también con el alma.

Tras bambalinas el ambiente es frío, el silencio se corrompe con el murmullo dentro de los camerinos, los bailarines están a punto de abandonar el teatro. Sin embargo, como bien señala Olga Rodríguez Luna “un bailarín vive y come danza todo el tiempo, no son sólo ocho horas, está es una profesión de tiempo completo”.

Con más de 30 años dedicados a la danza y 15 de éstos formando parte del Taller Coreográfico de la UNAM, Olga Rodríguez es bailarina de profesión y artista por convicción. He aquí su historia…

Primeramente, muchas gracias por su tiempo y por compartirnos su historia, nos puede decir ¿por qué escogió la danza como expresión artística?

Pues verás yo soy de Tabasco y empecé la danza ya grande, a los 16 años, en esa región no había escuelas de ballet o danza, pero un buen día me quedé viendo la televisión en el canal Once y ahí vi por primera vez a Marcia Aidé en la Fierecilla domada, yo tenía 13 años y el verla me causó un gran impacto.

Fue así como decidí convertirme en bailarina y dedicarme a esta gran pasión en mi vida, baile durante 15 años en las principales ciudades de Europa, y tengo 16 años trabajando con la maestra Gloria Contreras. La danza es mi vida, es maravillosa y si volviera a nacer volvería a ser bailarina.

De acuerdo a su experiencia, ¿Cuál es el mayor reto de un bailarín como artista?

Lo importante es que puedas sentir tu cuerpo y transmitir lo que haces, el reto es aprender a conocerlo bien, esa es una de las cosas más difíciles que hay porque el cuerpo es como un universo, en constante expansión, siempre está cambiando.

¿Cómo logra impactar al público, en los efímeros minutos que dura una pieza dancística?

Eso depende del intérprete, de lo que te toque bailar en ese momento, también influye la dirección artística que tienes y tu sensibilidad artística como bailarín, es muy importante tu sensibilidad, tienes que estudiar la música, vivir la música para que la puedas interpretar como es debido.

¿Cuándo y cómo se da este primer acercamiento con el Taller Coreográfico y con su directora Gloria Contreras?

El mundo de la danza es muy pequeño, no hay muchas compañías, por ejemplo, en la Compañía Nacional trabajan mucho el repertorio clásico y pues no me interesaba hacer el repertorio que había bailando en Europa, yo buscaba otro tipo de cosas, luego vine a ver el trabajo de la maestra Gloria y me gustó mucho porque vi que había otra forma de expresión.

¿Cuál es esa otra forma de expresión?

Es más humana, tienes un contacto diferente con la danza que te permite más libertad interpretativa, te exige mucho pero tú también como artista puedes recrearte.

Para concluir, ¿Cuáles son las deficiencias más evidentes de la danza en nuestro país?

No hay suficiente apoyo ni difusión, deberían hacerse más espacios al aire libre para llevar a muchos otros lugares la danza. Pese a que ésta es una de las compañías que tiene subsidio, al igual que la Compañía Nacional de Danza, tienes que dar clases, yo tengo un estudio pequeño, algunos de los bailarines que están aquí yo los he formado.

La artista se despide, no sin antes dejar la invitación abierta para volver a verla, porque ella seguirá bailando hasta que su cuerpo se lo permita.

Porque la danza sólo es un pretexto…

El bailarín y asistente de dirección artística del Taller Coreográfico Arturo Vázquez tiene 25 años dedicado a la danza de los cuales, 14 años ha sido parte del equipo de Gloria Contreras. Realiza está actividad por el placer que siente al bailar, de sentir su vida a galope con toda la adrenalina que ello implica, en simples palabras se siente vivo.

¿Cómo acercar la danza a las personas que no están tan familiarizadas con esta expresión artística?

Nosotros como taller estamos obligados a difundir la danza dentro y fuera de la universidad, sobretodo a las primarias, la educación en general sea de cualquier tipo empieza con los niños, ahí es donde radica el éxito de un país. Tenemos programas para niños, así aportamos ese granito de arena, para alimentar su espíritu, para que conozcan ese tipo de música.

¿Cuál es el punto esencial que encuentras en la danza?

Yo creo que la danza es un pretexto para desarrollarme como persona, la danza no es mi vida, mi vida es mi vida fuera de la danza, esto lo utilizo para crecer como ser humano, ahora soy más consciente, de cada acción, de cada pensamiento y de mis errores. Lo más importante que me ha dado la danza es el estar aquí, plantado, sintiéndome vivo, con energía y seguro de lo que estoy haciendo.

Lo importante es bailar con el alma…

Finalmente Gloria Contreras Röniger, directora general y elemento medular de este Taller Coreográfico se desocupa, no es para menos, pues más de uno quiere acercarse a ella y felicitarla, ya sean propios o extraños, todos reconocen su labor como coreógrafa pero sobre todo como ser humano.

Más allá de la mujer de mediana estatura que viste un pantalón negro y un saco amarillo está la bailarina y artista que ha llevado a la danza a escenarios mexicanos y extranjeros, quien ha presentado más de 200 coreografías. Autora de libros sobre danza, poesía y fotografía; pero sobre todo es la mujer que fundó y ha dirigido el Taller Coreográfico de la UNAM desde 1970 hasta ahora con la misma pasión y compromiso. Una felicitación por la función que dio, y por ende la pregunta ¿Cómo logra que en este espacio de dos horas el público se conmueva?

Porque tengo un equipo, el Taller Coreográfico cumple 40 años, y tenemos gente que piensa como yo, que la danza es un medio de comunicación, no de lucimiento físico. Lo que tienen que hacer mis bailarines es ser honrados y bailar con el alma, no se baila con los pies, no son los brincos lo que importa, lo que importa es el alma de cada uno de mis muchachos. Por eso ustedes lo reciben de esa forma.

Es una manera diferente de ver el arte, desde sus inicios el ballet fue una actividad para los zares y las clases aristócratas, nunca había existido un ballet del pueblo, este es el primer ballet del pueblo, aquí no se cobra la entrada y pueden venir de todas partes y de todas las clases sociales.

El dinero divide a la gente, si el boleto cuesta 500 pesos habría gente que no pudiese venir y por eso yo he insistido y tengo mis enfrentamientos con otros coreógrafos, porque sostengo que el arte debe ser libre para todos, que no se debe discriminar a la gente por no tener dinero.

Nosotros somos una compañía del pueblo, de los estudiantes, esa es la gente que viene y que nos interesa. Este taller es de la UNAM, porque la Universidad invierte años en desarrollar el cerebro de una persona y el Taller le da a esa persona el conocimiento de sí mismo.

A través de la música y de la danza tú sabes quien eres, ésta no te engaña, sino que te abre. Por qué es importante el arte, porque te revela quién eres, sea por medio de la pintura, la literatura, sea danza o música. Al recibir a Bach tu sabes quien eres, porque te permites una introspección espiritual, a través de meterte en ti misma reconoces dónde está tu espíritu.

A veces te hace reír, te hace llorar, cada vez que vienes es diferente, pero es importante que ustedes se den cuenta de lo que hacemos, porque es para ustedes, lo que nosotros hacemos es para los estudiantes y para toda la gente que no tiene el camino definido.

Al decir esto, su mirada observa fijamente y se revelan la convicción de sus palabras, y pese a la dulzura de su voz, la energía que imprime en cada frase se contagia.

¿Considera que falta difusión sobre este tipo de espacios y eventos artísticos?

Pues hoy el teatro estaba abarrotado, siempre es así, la gente es nuestro mejor vehículo de promoción. No tenemos dinero para hacer promoción, somos una compañía muy pobre.

Tenemos muchas coreografías nuevas que invento, pero se baila con ropa vieja, no hay mucho apoyo a los artistas. Sin embargo, lo primordial es tener al grupo, hay cosas que van más allá del dinero, por ejemplo que en este espacio el público es muy cariñoso, sin importar a qué se dediquen o de dónde vengan.

La charla se concluye por los compromisos laborales de la coreógrafa quien se despide no sin antes hacer hincapié sobre la importancia de la difusión y el acercamiento a la danza.

El Taller Coreográfico de la UNAM sólo se puede explicar a través de sus intérpretes, estos testimonios dan cuenta de que el Taller se mantiene gracias a la pasión y compromiso de los bailarines, pero también gracias a un público que está dispuesto a dejarse conmover y a alcanzar a través de la danza un encuentro de ruptura y de revelación interior que desemboca en placer.